viernes, 30 de julio de 2010

Y si el camino se torna oscuro de la mano me tomarás esperando que desaparezca la oscuridad. Mi mano, ¡Nunca la sueltes! ¡Jamás la sueltes! A tu lado siempre iré yo, no importa cuándo pero, ¡Sonríeme! ¡Sonríe! A tu lado estaré cuando llores, junto a ti nada será oscuro. Aún si todo se nublara, lo alegrarías con el brillar de tus bellos ojos




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